El dolor cervical puede empezar en cualquiera de las estructuras del cuello,
incluyendo músculos y nervios, al igual que vértebras de la columna y los discos amortiguadores entre ellas. También puede
provenir de otras áreas del cuerpo cercanas al cuello, como los hombros, la mandíbula, la cabeza y la parte superior de los
brazos.
Cuando el cuello presenta dolor, es posible que haya dificultad para moverlo, especialmente hacia un lado,
lo cual es descrito por muchas personas como cuello rígido.
Si el dolor en el cuello compromete los nervios (por ejemplo, espasmos musculares significativos que comprimen
un nervio o un disco desplazado que presiona un nervio), se puede sentir entumecimiento, hormigueo o debilidad en el brazo,
la mano o en otra parte.
El dolor cervical común se debe a tensión o distensión muscular y usualmente las actividades
diarias son las responsables. Tales actividades son, entre otras: encorvarse sobre un escritorio durante horas, tener una
mala postura para ver televisión o leer, colocar el monitor de la computadora demasiado alto o demasiado bajo, dormir en una
posición incómoda o torcer y girar el cuello con sacudones cuando se hace ejercicio.
Los eventos traumáticos como los accidentes automovilísticos o las caídas causan lesiones cervicales graves,
como fracturas de las vértebras, síndrome de hiperextensión cervical o desnucamiento, destrucción de los vasos sanguíneos
e incluso parálisis.
Otras causas abarcan hernia discal, fibromialgia (síndrome de dolor en todo el cuerpo) y artritis. La meningitis,
aunque mucho menos común, puede causar rigidez cervical significativa.
Se debe buscar asistencia médica inmediata si se presenta fiebre y dolor de cabeza, y si el cuello está tan
rígido que la persona no puede tocar el pecho con el mentón. Esto puede ser meningitis, por lo que se debe llamar al médico
o trasladarse a un hospital.